Existe una amplia familia de virus que desde hace varios años está causando graves enfermedades y afectando grandes zonas y poblaciones del mundo. La ciencia los ha “coronado” porque a nivel microscópico presentan cierta similitud con el objeto, sin embargo en la astronomía también se encuentran constelaciones con nombres de animales y cosas que son difíciles de identificar entre millares de estrellas; al final todo es cuestión de interpretación.
De lo que si podemos estar seguros es que los CoV son virus que pueden causar diversas afectaciones tanto a los animales como a los seres humanos. Entre ellos se encuentran el MERS-CoV, (síndrome respiratorio de Oriente Medio) que puede causar desde un simple resfriado hasta enfermedades más delicadas. Y el SRAS-CoV (síndrome respiratorio agudo severo) que causa estragos en sistema respiratorio.
Pero desde Diciembre del 2019, en la Provincia de Wuhan (China) apareció una nueva cepa de esta familia de virus, llamada COVID-19 -que hasta la fecha no se había encontrado antes en el ser humano-, y ha prendido una alarma planetaria, ya que esta cepa zoonótica (contagio animal a persona) mantiene una impresionante estadística del 2% de mortalidad en pacientes infectados.
Esta infección suele presentar síntomas como la fiebre, tos seca y dificultad para respirar. Algunos pacientes pueden sufrir dolores, congestión nasal, rinorrea, dolor de garganta o diarrea. En casos más graves, derivan en neumonía, síndrome respiratorio agudo severo, insuficiencia renal e, incluso, la muerte.
La mayoría de los pacientes (alrededor del 80%) se ha recuperado sin necesidad de tratamiento especial. 1 de cada 6 desarrolló una enfermedad grave y tuvo dificultad para respirar. Los adultos mayores y los hipertensos, los que tienen problemas cardiacos o diabéticos, son los que tienen más probabilidades de complicaciones posteriores.
Para que una persona contraiga el COVID-19 tuvo que tener contacto con otra que haya sido infectada o sea portadora del virus. La forma más común de propagación es a través de las gotículas de la nariz o la boca que salen expelidas cuando el infectado tose o exhala. Estas gotas caen sobre objetos y superficies y otras personas las recogen al tocarlos y luego se tocan los ojos, la nariz o la boca. De allí la importancia de mantenerse a más de 1 metro de distancia de una persona que presenta la enfermedad.
La OMS recomienda, para no propagar la infección, la buena higiene de manos y respiratoria (cubrirse la boca y la nariz al toser y estornudar) y la cocción completa de la carne y los huevos. Asimismo, proponen evitar el contacto con cualquier persona que presente síntomas de afección respiratoria, como tos o estornudos. Y si usted presenta los síntomas, avisar a las autoridades para su confirmación, de resultar positivo debe alejarse de las personas que lo rodean para no propagar la infección, mantenerse aislado en su dormitorio y ser atendido por las autoridades.
Hasta ahora, en Venezuela no parecen existir casos confirmados, solo se supo de manera extraoficial que las autoridades están evaluando si tenemos un foco infeccioso, por la presencia de un extranjero que llegó desde china y al parecer presenta los síntomas. Y aunque ya existen casos en Europa y Norteamérica, desde la Fundación NotiCristo llamamos a la calma y a la cordura, a no dejarse llevar por cadenas de información sin respaldo de su fuente, y esperar lo que las autoridades mundiales y nacionales en materia de salud tengan que declarar al respecto.
Y desde una óptica cristiana, la Biblia siempre nos ha revelado “las pestes” y demás enfermedades que persiguen al hombre en su transitar por el mundo. No está demás cubrir con la sangre del Cordero a tu familia, orando en todo tiempo, por los tuyos y por los demás, manteniendo una actitud de hijo de Dios y acelerando tú servicio a Dios, a través del evangelio de Cristo, el único ser digno de ser coronado…
…Pues no hay corona para lo maligno.
Fuente:
Declaraciones diversas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Diseño:
Orianny Bracho. NotiCristo.