Hay quienes no duermen pensando cómo mandar a los demás, y otros que pierden el sueño si les toca ser “el que decide”.
En esta lucha cuasi equilibrada entre ser el “Jefe” y “el empleado” se desenreda toda nuestra vida, como un rollo de papel que va rodando hasta que se acaba.
Nos preparamos, estudiamos, desarrollamos habilidades u oficios, nos relacionamos y asumimos roles sociales; todo bajo la misma premisa: Mandar o ser mandados.
En este dilema se ha invertido, innecesariamente, una gran cantidad de tiempo, recursos y esfuerzos de la vida y organización humana. Por alguna razón perdemos más tiempo en definir quién es el jefe, que en desarrollar el trabajo que estamos organizando.
Para estudiar las causas de este fenómeno sería necesaria la revisión de una pesada y aburrida colección de volúmenes que usted no quiere leer (seamos sinceros), así que vamos al grano:
“Algunos se sienten bien liderando, porque avanzan en el sentido que quieren avanzar, y para ello pagan un alto precio; construyen un “vehículo” y se transforman en el “Conductor”.
Otros, en cambio, no quieren tomarse el tiempo de “construir vehículos” y se dedican a mirar los vehículos que se están construyendo, para decidir cuál de ellos se adapta mejor al viaje que quieren emprender. Cuando lo encuentran, se suben y pagan su pasaje: El cual consiste en obedecer al conductor.
Conductor y pasajero se hacen amigos o enemigos en el camino (eso es harina de otro costal); lo cierto del caso es que algo hacen, y ese “algo” es lo que realmente importa.
Fuimos diseñados por Dios para ASOCIARNOS, no para “DOMINARNOS”… Basta con mirar el halago que Dios hace a las Hormigas y otros animales para captar la indirecta que nos está lanzando:
“Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra, y las mismas son más sabias que los sabios: Las hormigas, pueblo no fuerte, y en el verano preparan su comida; los conejos, pueblo nada esforzado, y ponen su casa en la piedra; las langostas, que no tienen rey, y salen todas por cuadrillas; la araña que atrapas con la mano, y está en palacios de rey.” (Proverbios 30:24-28).
Aquí Dios habla en forma de “Alegorías”; veamos con qué virtudes las podemos relacionar:
LAS HORMIGAS: Equipos que trabajan colaborativamente y almacenan los excedentes para el futuro.
LOS CONEJOS: Equipos que construyen bases sólidas, que les sirven para proteger su esfuerzo en el futuro.
LAS LANGOSTAS: Equipos que avanzan todos al mismo tiempo, convirtiéndose en una masa muy difícil de vencer.
LAS ARAÑAS: Aquí Dios te deja una “concha de mango” para que digas: “la araña es un animal individual”, pero el pasaje bíblico nunca propuso que te convirtieras en un siamés con quienes te rodean; existen emprendimientos individuales, son aquellos pasos que dan algunas personas, haciendo posible ABRIR EL CAMINO para que lo transiten los demás, esos son los que construyen “Vehículos”. Son fáciles de derrotar (Los atrapas con la mano), pero han sido dotados de una virtud muy apreciada: “La fuerza de voluntad”, por eso llegan a “vivir en palacios de rey”.
Y así como están mezclados en un mismo pasaje los equipos con el individuo, así debe ser la vida en cualquiera de las estructuras de la sociedad, en la política, en la organización pública y privada, e incluso, la religión y la iglesia. Se necesita que cada quien emprenda y lleve los frutos de su emprendimiento al equipo, para que el equipo replique esa tarea y la multiplique exponencialmente.
La humanidad ha tenido éxito porque aplica estos principios de manera GLOBAL, pero todos sus sistemas de vida son desastrosos porque no los entiende de manera INDIVIDUAL. Los equipos no deben tener “Jefes” sino “Roles” y aún los roles que se encargan de dirigir, son poca cosa sin los dirigidos. La humildad no está en hablar suavecito, vivir con la cabeza baja, nunca hablar de sí mismo, o negarse todo privilegio…
“ Humildad es entender que eres parte de una maquinaria donde todas las piezas son importantes. Humildad es amar a cada pieza porque son parte del vehículo que a todos traslada. Humildad es dar lo mejor de ti para que la máquina funcione de la mejor manera, e incluso asumir la carga cuando otra pieza tenga una avería.
Establecido este punto…
¿Cuál es tu lugar en los diferentes equipos en que la vida te ha puesto?
¿Cuánto tiempo estás perdiendo tratando de conquistar el poder?
¿Cuándo debes asumir el liderazgo si hay un Vacío de Poder?
Si quieres emprender algo en equipo: Muestra tu idea, toma en cuenta cómo funcionan las piezas a tu alrededor, para qué fueron creadas, cuáles son sus debilidades y fortalezas, pero sobretodo en qué les beneficia tu emprendimiento…
Si ellos prosperan, si el funcionamiento del “vehículo” mejora, todos te ayudarán a llevarlo a cabo, y el trabajo de “La Araña” será replicado por las Hormigas, Conejos y Langostas… Haciéndolo indetenible.
La mejor forma de hacer largos viajes es turnarse el volante; así todos pueden “manejar” y “descansar”.
Ese es el consejo de Dios para ti.
Nos leemos en la próxima entrega.
Marco Gentile
Departamento de Redacción NotiCristo.