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El Principio de la Fidelidad


Henry Crowell, fue un joven que a los 25 años contrajo tuberculosis. Sin embargo, tuvo la oportunidad de asistir a la conferencia de un predicador llamado Lyman Moody, y allí fue impactado por las palabras de este hombre que se dedicaba a ayudar a otros.


El sueño de Crowell era predicar, pero estando en aquella conferencia entendió que, aunque no tenía el don de predicar como lo hacía Lyman, sí le apasionaba el mundo de los negocios y el ayudar a otros.


Fue así como Henry Crowell le prometió a Dios que si lo sanaba de su enfermedad, se comprometería financieramente con Su obra.


Fue así como Dios lo guió a sembrar en un campo, y siete años después Crowell compra su primer molino, se asocia con otras personas y funda la empresa Quaker Oats Company, cuyo producto estrella es: Avena Quaker.


La empresa fue fundada oficialmente en el año 1901, y sobrevivió a la primera y segunda guerra mundial. El secreto de H. Crowell estuvo en fundamentar su empresa bajo principios bíblicos, y llegó a ser reconocido como uno de los empresarios más exitosos del siglo XX.


También fundó el Instituto Bíblico Moody. En el año 2001, PepsiCo adquiere acciones en Quaker Oats Company convirtiéndose en líder dentro del mercado deportivo por su bebida isotónica Gatorade, y llegando a ser uno de los más grandes grupos transnacionales.


Esta historia nos dice que "si lo puedes creer, lo puedes crear”. Siempre y cuando practiques el principio de la Fidelidad.


La fidelidad no es estática, al contrario, podemos equipararla con el concepto de la Fe; y se caracteriza por la acción de creer a pesar del temor o los obstáculos, pero con la firme convicción de llegar a la meta.


Lucas 16:10 dice: »El que se porta honradamente en lo poco, también se porta honradamente en lo mucho; y el que no tiene honradez en lo poco, tampoco la tiene en lo mucho». Por lo general, queremos ser fieles en lo mucho, cuando ni siquiera sabemos manejar lo poco.


A menudo escucho cosas como estas: "Es que si tuviese esto o aquello podría empezar mi emprendimiento...”, o "no puedo porque quisiera tener más recursos para promocionar mi producto...". Nada más lejos de la realidad.


¡Con lo que tienes es suficiente para comenzar!


Una señora deseaba emprender en el mundo de la repostería, pero decía que sin batidora eléctrica no podía comenzar y que, como mínimo, necesitaría 10 paquetes de harina de trigo…

Así que le pregunté:


- ¿Alguna vez hiciste una torta con batidora manual?

- Claro –me dijo– todo repostero ha hecho una así.

- Y... ¿Cuántos paquetes de harina y otros ingredientes tienes para hacer tortas?

- Una sola –respondió tímidamente.

- ¿Qué tal si comienzas con una? –le propuse.


Sólo se necesita un paso de fe para empezar a materializar ese sueño que Dios colocó en tu vida.

La fidelidad se ejercita en lo poco, no en lo mucho. ¿Qué necesitas para empezar con tu idea?


Muchas veces asociamos este término con la relación de pareja. Pero desde el punto de vista bíblico y financiero, la fidelidad es una actitud constante de compromiso y respeto, no solo a los sentimientos, ideas u obligaciones, sino también a los objetivos y metas trazados. También se le conoce como la capacidad, el poder o la virtud de dar cumplimiento a las metas.


La fidelidad es uno de los atributos del carácter de Dios, tal y como lo expresa Filipenses 1:6 "Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús."


Todos queremos triunfar, y casi todas las empresas tienen deseos de expansión; pero cuando las examino me doy cuenta que existe falta de organización e inversión en los procesos para optimizar el producto o el servicio que están prestando.


¿Cómo aplico el principio de la fidelidad en mi empresa?


Este principio se aplica a través de:


La diligencia.


La organización.


La planificación de estrategias para obtener resultados diferentes.


Hacer que tu producto o servicio sea cada vez mejor.


Las empresas que no aplican el principio de la fidelidad no logran sacar el máximo potencial de su organización.


Una vez atendí a un empresario que se conformaba con la producción y los ingresos que generaba; su enfoque estaba sobre su producto estrella, y le hice ver que estaba perdiendo de vista el potencial que tenían el resto de sus subproductos y servicios.


Hacer tu producto o servicio con excelencia es la mejor vía para multiplicarlo en gran manera. Conozco emprendedores que hace 2 años ¡ni se hubiesen imaginado el éxito que tienen hoy! Y todo porque aplicaron el principio de la fidelidad al sacarle el máximo potencial a todo lo que se les había entregado (dones, talentos, habilidades).


Si eres bueno en algo ¡No renuncies! sé mejor cada día.


@kori.consulting


Koribeth Centeno

Departamento de Redacción NotiCristo

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