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DDHH: ¿Humanismo o Ley Divina?


Algunos creen que La Ilustración fue la madre de los derechos humanos, sin embargo, no toman en cuenta que la Declaración de Derechos Humanos de Virginia (1767) fue anterior a la Revolución Francesa. Y como la Declaración Americana de la Independencia refleja la influencia del espíritu protestante, es importante saber que los puritanos de América y Gran Bretaña estaban colocando las semillas teológicas para una próxima y sistemática elaboración de los derechos humanos, un siglo antes de la ilustración.


La iglesia reformadora, venía evolucionando y entendiendo que el respeto a los derechos de Dios nos conduce al respeto de los derechos humanos, sirviendo el primer concepto, de fundamento, justificación y garantía para el posterior. De esta manera, la reforma hizo un gran aporte con respecto al principio de las libertades, que hoy están incluidas como una parte importante del derecho de los hombres: libertad de conciencia, libertad de expresión, libertad empresarial, libertad religiosa y política, que han sido reconocidos como derechos humanos fundamentales.


Un ejemplo de la influencia de esos planteamientos, fue lo que ocurrió con el fundador de la Cruz Roja, Henry Dunant, un creyente que se inspiró en la ley mosaica tocante a las ciudades de refugio, para decidir brindarle asistencia médica a los afectados por la guerra. Estando Dunant en Italia, él vio a más de 40.000 soldados deambulando a su suerte por las calles, lesionados y heridos, producto de las batallas que estaban luchando. Su inspiración hizo nacer el Movimiento Internacional de la Cruz Roja que hoy está enmarcado en el Derecho Internacional Humanitario.


José Grau afirma que “La gran corriente histórica en favor de los derechos humanos tiene incontestablemente orígenes cristianos”. Podría afirmarse incluso que los orígenes del derecho humano, están anclados mucho tiempo atrás, antes del cristianismo. Estos derechos pueden hallar sus inicios, antes, incluso, de la creación, cuando para asegurar la existencia humana, Dios, El Creador, se tomó el trabajo de crear un ambiente óptimo donde el ser humano pudiera habitar, desarrollarse y multiplicarse.


Cuando cambiaron las condiciones de la vida humana, por causa del pecado, Dios no se desentendió de su criatura, sino que a pesar de las malas decisiones que tomamos, conducentes a separaros de su diseño original, transgrediendo sus normas, Él se ocupó de establecer mecanismos y principios conducentes a vivir en sociedad, con la intención de garantizarles la vida, estableciéndoles leyes que les permitieran convivir y desarrollarse, en un marco de acuerdo y respeto mutuo.


Comprender esta génesis de los derechos humanos, cobra importancia hoy, cuando hay un sistema procurando el establecimiento de un nuevo orden, anti Dios, que está promoviendo una serie de conceptos que sacan a Dios del centro de la vida del hombre y coloca al hombre mismo como el eje principal alrededor del cual deben girar todas las cosas.


Los autoproclamados “defensores” de los derechos humanos de la actualidad, no se fundamentan en la obediencia a Dios, ni en el respeto a los principios por Él establecidos, sino que tratan de sustentar los derechos de los hombres, en cosas como la sensibilidad de la conciencia humana, pareceres sentimentalistas, o derecho del hombre por el hombre, corriendo el riesgo de que los avatares de la vida, las experiencias humanas (positivas o negativas) y el momento y las circunstancias históricas, puedan hacer cambiar los postulados de esa asistencia humanitaria.


El movimiento humanista trabaja en esta dirección. El humanismo es una filosofía ética que tiene como prioridad las cualidades humanas universales, especialmente el intelecto, y el racionalismo. El liberalismo imperante en el mundo, hoy, es la máscara política del humanismo. Y el sistema educativo, humanista por demás, nos lleva a desconocer a Dios y a hacer obras buenas, por la caridad humana y no por la inspiración del amor y subordinación a Dios y a su diseño.


El "dios" del liberalismo plantea "Haced como os plazca". El Dios del Cristianismo, dice: “Obedéceme y vivirás”. Todo parece indicar que la estrategia de Satanás tiene que ver con vendernos una mentira filosófica para poder tomar cautiva la mente y el comportamiento humano por completo. Los principios de los derechos humanos basados en la racionalidad humana, y no en los valores de vida que Dios estableció, son un producto del engaño de las tinieblas, y están llevando a la sociedad a un liberalismo y ateísmo sin precedentes.


Más que lograr un acuerdo racional de los Derechos Humanos, debemos pensar en términos de principios morales y espirituales, para establecer esos derechos de manera sustantiva y bajo una moral no estadística, ni elitista. Eso nos hará caminar de vuelta hacia los orígenes de los Derechos Humanos, establecidos en la ley divina.


Dios es el Creador y el garante de la vida, por tanto es el único que tiene derecho sobre la vida y la existencia de su creación; así como un artista deshace su obra de arte y la vuelve a reconstruir hasta perfeccionarla, también Dios está haciendo con el hombre, quien es la esencia de Él. Nosotros tenemos el derecho a escuchar y obedecer al Creador. El derecho sobre la vida del hombre solo lo tiene Dios. Y en la Biblia Él deja claro que no se debe atentar contra la vida del hombre, instituyendo el sexto mandamiento: “No mataras”.


Estamos ante una gran oportunidad como iglesia, para levantar bandera a favor de la humanidad, y darle una repuesta sólida en la materia del Derecho Humano, a una sociedad cansada de que sus derechos sean sólo una bandera política, el motivo de enriquecimiento de unos pocos, y un foco de corrupción e injusticia. Ante el desmoronamiento de los valores morales y sus nefastas consecuencias, tenemos la oportunidad crucial, de demostrar que este sistema humanista, almático, y racional, no es el modelo que garantiza los derechos humanos de los hombres; los Diez Mandamientos, y el diseño normativo divino, sí lo es.



Pr. Nelson Velázquez

Comunidad Cristiana Vida y Generaciones

Departamento de Redacción NotiCristo


Diseño Gráfico: Ángel Arteaga

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