Para Narro, J; Martuscelli, J; y Barzana, E (2012), “La educación es uno de los factores que más influye en el avance y progreso de personas y sociedades. Además de proveer conocimientos, la educación enriquece la cultura, el espíritu, los valores y todo aquello que nos caracteriza como seres humanos”. En tal sentido, la educación se hace necesaria en todos los ámbitos: para alcanzar mejores niveles de bienestar social y de crecimiento económico; nivelar las desigualdades económicas y sociales; propiciar la movilidad social de las personas; acceder a mejores niveles de empleo; elevar las condiciones culturales de la población; ampliar las oportunidades de los jóvenes; vigorizar los valores cívicos y laicos que fortalecen las relaciones de las sociedades; el avance democrático y el fortalecimiento del Estado de derecho; el impulso de la ciencia, la tecnología y la innovación.
Pero, ¿qué ha hecho el Estado venezolano para consolidar un elemento que impacta tan profundamente todas las esferas de la sociedad? Desde que el presidente Antonio Guzmán Blanco decretó la instrucción primaria gratuita y obligatoria, el 27 de junio de 1870, sus consecuencias se sintieron de inmediato porque hubo una explosión matricular en las escuelas y se formó el ambiente para la creación del hoy llamado Ministerio del Poder Popular para la Educación. Sin embargo, desde esa fecha hasta nuestros días, en cada período presidencial hubo una serie de reformas que buscaba optimizar los proyectos existentes, lo cual implicó, en unos casos, un avance significativo, pero en otros, un retroceso a lo que se había alcanzado.
Sin pretender abarcar todas las etapas evolutivas del sistema educativo, se dan a continuación algunas fechas significativas:
- 1914: El 19 de diciembre, el ministro de educación reformista Felipe Guevara Rojas, dividió la Educación Primaria en dos ciclos: uno elemental hasta cuarto grado y otro superior hasta sexto grado.
- 1940: Se promulgó la ley Orgánica de Educación, la cual entró en vigencia para 1941.
- 1959: La caída de la dictadura de Pérez Jiménez en 1958 y la realización de la conferencia de ministros de educación en 1959, originó los movimientos renovadores de la educación venezolana.
- 1974: La denominación de “Educación Básica” fue adoptada por la UNESCO y por la UNICEF en un seminario celebrado en Nairobi durante ese año. Desde ese momento se comenzó a ensayar con la Educación Básica.
- 1975: Se propuso la realización de un diagnóstico de la realidad educativa venezolana en los niveles de Educación Primaria y Ciclo Básico Común, según lo previsto en el V Plan de la Nación.
- 1984: El Ministerio de Educación procedió a evaluar el proyecto de Educación Básica y no extender el ensayo a nuevos planteles durante el año escolar 1984 – 1985, hasta tanto no se conocieran los resultados de la evaluación.
- 1985 - 1987: Ocurre la división de la Educación Básica en etapas.
- 1986: Se promulgó el Reglamento de la Ley Orgánica de Educación.
- 1991: Se promulgó el Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente.
- 1997: Ocurre la reforma curricular dentro de la Educación Básica, dando origen a la implantación del llamado Currículo Básico Nacional (CBN).
A partir de 1999 se inicia una reforma en todos los estratos del país, como producto de la llegada del Presidente Hugo Chávez durante el año anterior. La educación no escapó a esos cambios. Fueron reformadas la Ley Orgánica de Educación y demás leyes educativas, con el objeto de ajustarlas a la nueva Constitución Nacional. Asimismo, se inician las planificaciones y ensayos para lo que vendría a ser el Sistema Educativo Bolivariano (SEB) con todos sus subsistemas. El SEB ha ido sustituyendo por etapas al sistema de Educación Básica, hasta proponer incluso un nuevo diseño curricular.
Sin embargo, para algunos entendidos en la materia, opositores al gobierno actual, ha habido un retroceso importante en el sistema educativo en estos últimos 20 años, lo cual se evidencia, según ellos, en el estado de la infraestructura física de las escuelas, liceos públicos y universidades, las cuales han sido vistas como un enemigo político del socialismo del siglo XXI, y el Estado comenzó a estrangularlas financieramente y a perseguirlas políticamente. El presidente Chávez y sus ministros empezaron a crear instituciones de educación superior paralelas a las universidades nacionales, no con el objetivo de ampliar la oferta educativa, sino con el deliberado propósito de hacerle sombra a las universidades nacionales. El drama se agrava con la pandemia en un país con escasa conectividad, catalogado como uno de los peores países en el mundo en conexión de Internet, cuando en los años noventa estábamos en el top 10 mundial y primero en América Latina.
Obviamente, se hace perentoria una reformulación de las políticas y estrategias que reimpulsen a un sector que es tan fundamental para el progreso de un país con tantas riquezas y con un potencial humano que ha demostrado que puede ser protagonista de grandes logros para el beneficio de la humanidad. Dejar a un lado la tendencia a ideologizar y politizar la educación, lo cual provoca resistencia y enfrentamientos estériles; e implementar un programa agresivo e intencional de dotación de materiales, mejora de infraestructura y reivindicaciones salariales para los docentes. Cuando uno mira de cerca la legislación que se ha discutido y aprobado, se da cuenta que, muchas veces, el problema no son las leyes y reglamentos, sino la voluntad de llevar a cabo dichos planes. En tal sentido, es necesario que el Estado vincule los programas existentes con el ideal de crear una nación pujante y desarrollada. Nuestro gran Libertador, Simón Bolívar, lo expresó con las siguientes palabras: “Las naciones marchan hacia su grandeza al mismo paso que avanza su educación”.
Lic. Rigoberto Venegas M.
Departamento de Redacción NotiCristo
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