Serie: Libertad
4. Conciencia
La conciencia se constituye en la más sagrada propiedad del hombre. "Es un derecho a poseerla, y una posesión en su derecho”. Se refiere al autoconocimiento interno o juicio de lo que es correcto y de lo que está errado.
El apóstol Pablo dijo: “Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres” (Hechos 24:16 RVR1960).
Así describía la facultad, poder o principio intrínseco que tenía para decidir sobre lo que era legítimo o no en sus acciones y afectos, y que le produciría condena o aprobación de parte de Dios o de los hombres.
Él prefería enmarcar su vida en el conocimiento de no ofender a Dios con sus acciones, o a sus semejantes con sus decisiones. La facultad de ser fehacientemente libre, le impelía a hacer solo lo que consideraba correcto, a la luz de la verdad que Dios le revelaba.
Y es que la conciencia se ocupa de definir nuestro deber antes de tomar una acción, y de juzgar nuestras labores cuando las ejecutamos. Por ella el hombre tiene el derecho exclusivo de poseer, disfrutar y disponer de una cosa, bien sea externa, donde se incluyen las cosas materiales, o interna, que involucra el campo de las ideas, creencias y saberes.
La facultad de entender, razonar y responder a las ideas, Dios la otorgó al hombre por encima del resto de la creación. Cuando dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, y conforme a nuestra semejanza”, Él estaba imaginando a un ser que tuviera conciencia, como Él, para elegir.
Conocer los principios que rigen de parte de Dios para mantener el orden en la creación, razonarlos, y emplearlos a cabalidad, dará como resultado la bendición en todo lo que se aplica.
La Biblia dice que conocer la verdad, es lo que nos puede hacer libre. (Juan 8:32)
No hay genuina libertad sin verdadera conciencia.
Pr. David Parra
Serie: Libertad
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