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Cómo distribuir tus ingresos según la Biblia




cómo distribuir tus ingresos segun la biblia

Juan siempre había tenido problemas para administrar su dinero. Gastaba más de lo que ganaba y nunca ahorraba. El resultado: Vivía sumergido en deudas. Los acreedores lo acosaban a diario, y su vida era una constante zozobra.


Un día Juan decidió buscar ayuda y encontró un mentor en educación financiera. Con él aprendió a hacer un presupuesto, los principios del dinero, y los básicos acerca de la inversión. Con el tiempo, Juan logró salir de sus deudas y su vida financiera empezó a ser más estable.


Esta podría parecer una historia inverosímil, pero es muy cierta. Mucha gente cree que no se puede salir de una vida de azaros debido a las deudas y al descontrol en los gastos. Pero esto es posible. Y todo inicia por la sabia administración de las finanzas. Y para eso se necesita educación.


La mayoría de la gente aconseja ordenar las finanzas partiendo desde los gastos, pero obvian una parte importante de la ecuación: cómo distribuir los ingresos. Este error parte de un paradigma equivocado, pensar que “Salir de la crisis económica amerita aumentar los ingresos”. Y esto no es del todo correcto.


La distribución de ingresos es fundamental. La prosperidad verdadera no solo se trata de aumentar los ingresos, sino de administrarlos con sabiduría.


La Biblia dice en Proverbios 21:20 (NVI): "Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio; mas el hombre insensato los disipa."

Este versículo destaca la importancia de administrar sabiamente lo que se tiene, en lugar de derrocharlo. En el contexto financiero, enfatiza que no sólo es relevante cuánto ganamos, sino también cómo gestionamos esos ingresos.


La sabiduría en la distribución y administración de los recursos es clave para evitar la disipación de riqueza y para cumplir la meta de alcanzar una estabilidad financiera.


Para distribuir tus ingresos necesitas educación financiera


No puede haber sabia administración de tus recursos sin un buen plan. Y para planificar necesitas tener claridad de lo que quieres, y un camino definido de cómo llegar allí. Ese camino es la educación financiera.


Todo empieza por educar tu mente. Y la mejor fuente de estudios es la palabra de Dios, Proverbios 21:5 dice: "Los planes bien pensados llevan a la prosperidad; los planes precipitados llevan a la pobreza". Este versículo nos muestra la importancia de planificar nuestras finanzas y de hacerlo con cuidado y sabiduría.

La educación financiera es el conjunto de conocimientos y habilidades necesarias para administrar adecuadamente el dinero que Dios ha colocado en tus manos. Ella te permite tomar decisiones informadas sobre tus finanzas y evitar problemas económicos graves como la deuda y la bancarrota.


Distribuir tus ingresos amerita un presupuesto


Un elemento importante de la planificación financiera, es el presupuesto. Esta herramienta te permite controlar los gastos, ahorrar, evitar deudas innecesarias y tomar decisiones informadas.


Además, el presupuesto facilita la planificación de metas financieras, reduce el estrés, te prepara para emergencias, mejora tu calidad de vida y te ayuda a controlar tus deudas. Adicionalmente, te proporciona una visión a largo plazo acerca de tus finanzas personales, ayudándote a tomar decisiones sólidas que contribuyan a un futuro más seguro y próspero.


Hay dos tipos de presupuestos, y ambos son muy importantes, el presupuesto de gastos, que es esencial para el control y la gestión efectiva de las finanzas personales, permitiendo un seguimiento detallado de cómo se gasta el dinero y evitando el endeudamiento excesivo.


Y el presupuesto de ingresos, que proporciona una visión clara de cuánto dinero se recibe, lo que es fundamental para tomar decisiones financieras informadas. Combinar ambos presupuestos es esencial para lograr un equilibrio financiero, asegurando que los ingresos cubran los gastos y permitan el crecimiento patrimonial, la reducción de deudas y una mayor estabilidad económica.


Cómo distribuir tus ingresos según la Biblia


La distribución de los ingresos basada en la Biblia se basa en principios de sabiduría financiera que fomentan la administración prudente y la generosidad. Los principios sagrados aconsejan distribuir los ingresos en los siguientes rubros:


1. Diezmos:


El primer 10% de nuestros ingresos debe ser dado a Dios, por eso se le llama diezmo. Este es un mandamiento bíblico que nos enseña a honrar a Dios con nuestras finanzas.


Malaquías 3:10 dice: "Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde."

El mandato de Dios de dar el diezmo, involucra dar la décima parte de tus ingresos. Dios nos llama a traer nuestros diezmos a su casa, para apoyar su obra y ayudar a aquellos que están necesitados.


Al dar el diezmo, estás demostrando tu obediencia y fidelidad a Dios, reconociendo que todo lo que tienes proviene de Él. Dios promete bendecir con abundancia a los que obedecen este mandato.


Sin embargo, es necesario aclarar que el diezmo no es una forma de comprar la bendición de Dios o de ganar su favor. Sino una forma de honrar a Dios y confiar en Él como nuestro proveedor fiel.


Al dar el diezmo con un corazón agradecido y generoso, estamos participando en su obra y ayudando a extender su reino en la tierra.


2. Ahorros:


El siguiente 10% de nuestros ingresos debe ser destinado al ahorro. Este dinero debe ser reservado para emergencias y para nuestro futuro. El ahorro es una práctica que nos permite ser buenos administradores de los recursos que Dios nos ha confiado.


Ahorrar dinero nos permite estar preparados para enfrentar situaciones inesperadas o emergencias. La Biblia enfatiza la importancia de la previsión y la prudencia en la administración de nuestras finanzas.


Proverbios 6:6-8 afirma: "Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio; la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento."

Esto nos enseña que el sabio almacena recursos para el futuro, incluyendo situaciones inesperadas o tiempos de necesidad. Al ahorrar, somos como el sabio que se prepara para enfrentar desafíos y emergencias financieras.


Ahorrar también nos ayuda a evitar caer en la trampa de la deuda excesiva. La Biblia advierte contra la esclavitud de las deudas y nos anima a vivir libres de cargas financieras.


Proverbios 22:7 (NVI) declara: "El rico gobierna sobre los pobres; el que toma prestado es esclavo del que presta." Ahorrar nos permite depender menos de préstamos y vivir libres de cargas financieras, como es el deseo de Dios.

Ahorrar también es una manera de cuidar a nuestra familia y asegurarnos de que tengan lo que necesitan. La Biblia destaca la importancia de proveer para la familia. El ahorro es una forma de proveer para la familia y cuidar de sus necesidades. Y al ahorrar, también tenemos la capacidad de ser generosos y bendecir a otros. La Biblia nos anima a compartir con los necesitados y a ser una bendición para quienes nos rodean.


2 Corintios 9:7 (NVI) dice: "Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre." Ahorrar nos permite ser generosos y bendecir a otros. Al ser buenos administradores de nuestros recursos, podemos dar con alegría y ayudar a aquellos que lo necesitan.

3. Gastos esenciales:


El 50% de nuestros ingresos debe ser destinado a cubrir los gastos esenciales, como la renta o hipoteca, servicios públicos, alimentación, transporte y otros gastos necesarios.


La Biblia dice en 1 Timoteo 5:8 (NVI): "Si alguien no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo." Este versículo destaca la importancia de proporcionar lo necesario para nuestra familia, incluyendo la alimentación, la vivienda y otras necesidades esenciales.

Por su parte, Proverbios 21:20 (NVI) afirma: "Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio; mas el hombre insensato los disipa." Esto nos enseña que la sabiduría implica administrar nuestros recursos para cubrir las necesidades básicas de nuestro hogar, teniendo cuidado de no disiparlos en gastos frívolos.

Debemos honrar a Dios administrando sabiamente nuestros recursos y garantizando que nuestras necesidades básicas estén cubiertas, esto es parte del plan divino. Jesús dijo en Mateo 6:31-33 (NVI): "Así que no se preocupen diciendo: '¿Qué comeremos?' o '¿Qué beberemos?' o '¿Con qué nos vestiremos?' Porque los paganos andan tras todas estas cosas, pero su Padre celestial sabe que las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas."


Este pasaje enfatiza la importancia de buscar primero el reino de Dios, pero también implica que Dios proveerá para nuestras necesidades básicas. Al ser buenos administradores de nuestro dinero y disponer de una partida que cubra nuestras necesidades, podemos tener la tranquilidad de saber que estamos siendo fieles con los recursos que Dios nos ha dado.


4. Gastos discrecionales:


El 10% de nuestros ingresos puede ser destinado a gastos discrecionales, como entretenimiento, viajes, compras no esenciales.


Dios nos da recursos para que los disfrutemos. Eclesiastés 3:13 (NVI) dice: "No hay nada mejor para el hombre que disfrutar de su trabajo, porque esa es su recompensa. ¿Quién, sino yo, puede comer, beber y disfrutar de sus logros?"

Este versículo destaca que parte de la recompensa de nuestro trabajo es poder disfrutar de lo que hemos obtenido. También enfatiza que esta capacidad de disfrute es un don de Dios para la humanidad.


Otro versículo que respalda el concepto de disfrutar de los recursos que Dios nos da es 1 Timoteo 6:17 (NVI) que dice: "Dios… nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos." Es decir, que aunque este tipo de gastos no sean prioritarios, deben tenerse en cuenta en el presupuesto.


5. Inversiones:


El último 20% de los ingresos va dirigido a inversiones. La Biblia proporciona principios que pueden aplicarse a la inversión y a la administración financiera. Aquí hay algunos principios bíblicos relacionados con las inversiones y la administración financiera:


En Eclesiastés 11:2 (NVI), se dice: "Invierte en siete proyectos, sí, en ocho; no sabes cuál de todos tendrá éxito, así que reparte tus inversiones." Este versículo destaca la importancia de diversificar las inversiones para reducir riesgos.

Por otro lado, la Biblia enseña que la codicia y el afán de enriquecimiento excesivo pueden llevar a malas decisiones de inversión. 1 Timoteo 6:9-10 (NVI), advierte: "Los que quieren enriquecerse caen en la tentación, en la trampa y en muchos deseos necios y dañosos que hunden a los hombres en la ruina y en la destrucción. Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males."


La parábola de los talentos en Mateo 25:14-30 enseña la importancia de ser buenos mayordomos de los recursos que Dios nos ha confiado. Aquellos que invirtieron sabiamente los talentos que se les dieron fueron alabados.


En resumen, la Biblia proporciona principios sabios para guiar la administración financiera y las decisiones de inversión. Estos principios incluyen la diversificación, la prudencia, la evitación de la codicia y la búsqueda de consejo sabio, a la vez nos recuerda que las riquezas no deben convertirse en nuestro objeto de adoración.



distribuir tus ingresos

Autor: Rubén Alvarado

Ciudad Bolívar Venezuela

Diseño: Marco Gentile


Este fue el último capítulo de la Serie Devocional: "Prosperidad Verdadera".


Mira todos los capítulos de esta serie y otras más aquí: DEVOCIONALES






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