Serie: Prosperidad
#5. Demanda tu generosidad
Dios se identifica en la Biblia con los pobres y los necesitados. Para aquellos de corazón bondadoso y generoso que suplen las necesidades del pobre, Jehová promete bendición en todo lo que hagan y en todo lo que emprendan. La Biblia dice:
"Sin falta le darás, y no serás de mezquino corazón cuando le des; porque por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos y en todo lo que emprendas" Deut.15:10.
Dios quería encontrar motivos para bendecir a su pueblo, a causa de la ayuda que ellos brindaban a los pobres. Dios fomentaba la ayuda social y humanitaria, no solo para aliviar las causas de la pobreza, sino para dar oportunidades a su pueblo para ser prosperados.
Para hacer una diferencia con la perversidad, mezquindad e insensibilidad hacia los desvalidos que abundaba en el resto del mundo, Dios creó en Israel la ley de la remisión (Deut. 15:1-2). Esta consistía en que cada siete años las deudas debían ser perdonadas, y los esclavos y siervos por deudas, debían ser liberados.
El propósito de Dios no era perpetuar la pobreza, sino todo lo contrario, Él buscaba establecer un sistema que evitara crear condiciones de miseria. El objetivo de la ley de remisión era dar libertad: “Para que así no haya en medio de ti mendigo” (Deut. 15:4).
La Biblia afirma muchas veces este principio eterno: "A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho se lo volverá a pagar" Prov. 19:17 y también: "Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día malo lo librará Jehová" Sal. 41:1.
Además, para Jesús dar a los pobres es darle a Él, porque dice: "Tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí" Mat. 25:35-36.
Y cuando le preguntaron: ¿Cuándo hicimos eso por ti? Él responde: "Os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis" Mat.25:40.
Estos principios siguen vigentes para Dios, y están a disposición de su pueblo. A su respecto, Pablo dijo a los gálatas: “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.” (Gálatas 6:9)
Pr. Manuel Domínguez
Serie: Prosperidad.
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