El Trabajo Social significa dedicar tu tiempo y energía al bienestar de las personas. Promover y fortalecer causas que mejoren la calidad de vida de los sectores más desprotegidos y vulnerables. Y es por eso que distintas asociaciones del trabajo, con alcance mundial, se reunieron en Brasil en el año 2008 y escogieron el día 16 de marzo para conmemorar y reconocer esta plausible labor.
Sin embargo, es necesario que los pueblos estén conscientes que los poderes mundiales solo ven a las personas como puntos microscópicos de sus estadísticas. Si hacemos un ejercicio de reflexión encontraremos que casi todos los días conmemorativos, en los que se lanzan discursos políticos y se decretan días festivos, muchas veces son fechas en las que se ejecutaron atroces violaciones a los derechos de esas mismas personas que ahora son homenajeadas.
Los pueblos hemos cometido el gran error de confiar a ciegas en nuestras clases dirigentes. El proselitismo político se metió en la médula ósea de las sociedades y dañó la neutralidad que debía tener el Estado para gobernar a todos por igual.
Quienes se dedican al trabajo social sufren diariamente la presión de tener que seguir líneas políticas dictadas desde arriba. Y muchas veces todo su esfuerzo es neutralizado de un plumazo por cualquiera de los muchos niveles que componen la administración pública.
Hoy debemos reconocer a esas personas que luchan por ayudar mientras les imponen promover causas distintas a las de “Amar a tu prójimo como a ti mismo”. Esos trabajadores que incluso dejan creer a sus líderes que son partidarios de sus políticas, cuando en el fondo solo quieren llevar una bendición para sus semejantes. Aquellos que conocen el verdadero significado y la dicha de ser un Servidor Público, que está allí para Servir a la gente, y no al contrario.
“Conmemorar” significa recordar, reflexionar acerca del pasado para no cometer los mismos errores en el futuro. En el fondo todos sabemos que los poderosos nos ven y tratan como si los pueblos fuéramos su “gallinero”. Y en lugar de resolver los problemas de la vida social, se concentran en tapar los agujeros para que no se escapen las gallinas.
La única defensa que tenemos, es nuestra capacidad para pensar “fuera del gallinero”, y mantener vigiladas las manos que lanzan el grano. No bajar la cabeza descuidadamente para comer las cosas que nos arrojan, sino, como las águilas, cazar tu alimento con la mirada puesta en Dios; único ser que a todos ama por igual; al que debes amar con todo tu corazón, alma, fuerza, y con toda tu mente… para que puedas amar a tu prójimo como a ti mismo... Ese es tu Señor, y nadie más.
Sigue así… no te rindas; vuela por encima del gallinero, querido Trabajador Social…
Marco Gentile
Presidente de la Fundación NotiCristo
Diseño: @monkey_digital
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