Serie: ¿Quién Soy?
Día 4: Los sanguíneos
¿Alguna vez conociste a alguna persona capaz de ser el centro de atención de cualquier reunión? Ya sea por su manera de hablar, de reír, o de contar chistes, o quizá por ser alguien incapaz de quedarse quieto, alegre y ruidoso, un sanguíneo conseguirá de un modo u otro convertirse en el alma de la fiesta.
El sanguíneo es una persona que no pierde su curiosidad infantil por las cosas que le rodean; sus emociones son cambiantes y dependen del ambiente donde se encuentre. Puede pasar de la tristeza a la alegría en segundos. Siempre está cambiando de una actividad a otra a fin de no aburrirse. Tiene la habilidad de vivir en el presente y disfruta constantemente de la vida.
Es alegre, optimista, expresivo y le es muy sencillo hacer nuevas amistades, porque siente genuinamente las tristezas y alegrías de sus amigos. Si pudiéramos representarlo en una prenda de vestir sería una de colores alegres y estridentes.
Entre sus debilidades se encuentra la de ser poco práctico y un tanto desorganizado; al momento de ejecutar proyectos, esto le juega en contra. Pocas veces es un estudiante destacado debido a que le cuesta mucho concentrarse en una actividad. Sus mayores dificultades se relacionan con su indisciplina. Se compromete con muchas cosas pero termina pocas.
Pero cuando un sanguíneo somete su temperamento a la guía de Dios, puede ser una persona que trae alegría y motivación a quienes están a su alrededor, impartiendo ánimo y esperanza con su jovialidad y bondad. Al sanguíneo le queda a la medida lo que dice Proverbios 17:22“El corazón alegre constituye buen remedio; mas el espíritu triste seca los huesos”.
Por supuesto, también necesitamos la alegría y optimismo del Sanguíneo en nuestras vidas.
¿Te identificas con él?
Beverly Guevara
Serie: ¿Quién soy?
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