Serie: Mejor es…
#4. La buena fama
¿Eres de las personas que se deleitan con las cosas buenas de la vida? Los mayores placeres, los percibirás a través de tus sentidos, y uno de los que te permiten registrar y guardar por más largo tiempo en tu memoria esos goces, es el olfato.
Recordarás con claridad solo el cinco por ciento de lo que ves, el dos por ciento de lo que oyes, y el uno por ciento de lo que palpas, pero una fragancia que huelas, podrás perpetuarla en tu mente, ¡Un treinta y cinco por ciento!
Tu mente puede almacenar y diferenciar más de diez mil fragancias, por mucho más tiempo; tu vista en cambio solo puede reconocer como máximo unos 200 colores. Un buen perfume te generará profundas impresiones en tu mente, y conectará muchas más neuronas en tu cerebro que cualquier otro sentido.
Es profunda la marca que produce un deleitoso aroma. Pero el sabio predicador, encontró que había algo mejor y de mayor impacto, él dijo: “Es mejor tener buen nombre que tener buen perfume.” (Eclesiastés 7:1 PDT)
Dicho de otro modo, es mejor ser respetado, que andar bien perfumado. Aunque la primera impresión pueda ser olfativa, y la mente sea seducida por un buen aroma, la buena fama, el respeto y el buen nombre, tiene mayor trascendencia que la mejor de las fragancias.
Disfrutar de las cosas excelentes es bueno, y mucho más lo perdurable de un buen perfume; pero más que el oro, la plata y las riquezas, es el valor de labrarse un gran nombre y buena fama.
Libna Villegas de Parra
Serie: Mejor es…
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