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Serie: Mejor es…
#5. La reprensión del Sabio
¿Has escuchado esa frase que se ha vuelto común: “La vida es un carnaval”? Es una expresión que puede animarte a tener buena actitud en momentos difíciles, cosa muy recomendable, pero que tiende a minimizar el valor del dolor, y el propósito que los momentos malos, tienen asimismo en la vida.
El sabio predicador, en su libro Eclesiastés, reflexionando acerca de la naturaleza humana, y de las cosas que nos suceden, se atrevió a decir categóricamente, que los momentos malos, son mejores que los buenos.
Él dijo: “Es mejor ir a un funeral que ir a una fiesta, porque todos deben morir, y los que están vivos debieran aceptar eso. El dolor es mucho mejor que la risa: porque cuando estamos tristes, tratamos de ser buenos”. Y remató diciendo: “El sabio piensa en la muerte, pero el falto de entendimiento sólo piensa en pasarla bien.” (Eclesiastés 7:2-4 PDT)
Las declaraciones del predicador pueden parecerte radicales y arcaicas, pero si reflexionas en ellas tienen mucho sentido.
En el mundo relativizado de hoy, afirmar cosas como esas te hacen blanco de críticas y señalamiento. Pero no valorar las lecciones de esos momentos dolorosos, te hará perder el propósito que los períodos desagradables tienen para ti.
Gozar de las fiestas divertidas con gente despreocupada es bueno; tener buena actitud en momentos malos, lo es aún más, pero “Escuchar la reprensión de los sabios es mejor que oír la canción de los necios”. (Eclesiastés 7:5)
La canción de los necios se refiere a los consejos manipuladores de gente falta de entendimiento, que solo te motivan a pasarla bien; es la expresión que reduce la vida a un mero carnaval, donde “las penas se van cantando”.
Pero lo malo es que estas frases, en medio de un proceso difícil, se tornan huecas y vacías, te generan falsas expectativas, y te provocan frustración cuando por más que cantas, no cesan los dolores.
En cambio, la reprensión de los sabios, es la exhortación que te golpea, pero que te ubica, obligándote a poner los pies sobre la tierra, a aprender del dolor, y a valorar lo desagradable de la disciplina presente.
A veces, sólo las lágrimas pueden lavar tus ojos para ver el sentido de tus crisis y hacerte madurar; cuando te permites valorar la experiencia dolorosa, consigues la fuerza de carácter que luego te permitirá parir los frutos de tu esfuerzo.
Es bueno disfrutar la vida, y gozar de los buenos momentos. Pero en el día malo, no olvides que es mejor, escuchar la reprensión de la gente correcta.
Libna Villegas de Parra
Serie: Mejor es…
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