¿Te has preguntado por qué nos deprimimos?
En el mundo, 1 de cada 6 jóvenes y adolescentes sufren de este flagelo.
Hoy no vamos a publicar una lista de las 10 cosas que debes hacer para ser feliz…
No… hablaremos con franqueza y describiremos la raíz del problema.
Si se le pregunta a un joven cómo se siente, probablemente nos observe con unos ojos llenos de tristeza, suplicantes de amor.
Y quizás la respuesta esté en el tipo de mundo que nos tocó vivir… Uno en donde de la industria del entretenimiento; el nivel tecnológico es brutalmente mayor al de hace un siglo.
Tenemos teléfonos, computadoras, internet veloz, consolas de videojuegos de realidad virtual, la interconexión mundial más amplia jamás vista gracias a la globalización y por eso hemos llegado al umbral del fango emocional.
La razón de la depresión se halla incrustada tras los bastidores de la memoria. Nuestra poderosa sociedad ha creado los peores hábitos emocionales que han hecho de los jóvenes máquinas de producción sin habilidad para hacerle mantenimiento a sus propias emociones.
La súper estimulación de las informaciones y la explotación indiscriminada de “la gallina de los huevos de oro del placer” están destruyendo la capacidad de reacción de los adolescentes.
Todo lo que se vende promete exprimirles hasta la última gota de placer que los saque del aburrimiento, la soledad y el rechazo, y les inunde la cabeza de dopamina: tal como lo hace la pornografía o cualquier otra clase de películas intensas.
LA LÓGIGA SUPERFICIAL
Se les enseña a ser lógicos y a resolver problemas matemáticos pero no a cómo hacerle frente a los problemas de la vida o a las tentaciones de la estupidez.
Se les inculca la idea de que su cuerpo es libre, pero no se hacen esfuerzos por cultivar en ellos la paciencia, la fe, para que impulsen sus metas y les ayuden a superar sus temores, fobias y desamores.
Se les exige “ser felices” y se les administra drogas, pastillas antidepresivas, pero no se les enseña a contemplar la profundidad de una buena historia, o la belleza que hay en todo aquello que les rodea. Así se les niega la oportunidad de aceptar sus fracasos como oportunidad para ser mejores.
Se les enseña demasiado acerca del mundo que los rodea pero nada acerca del universo que son.
SPA
Síndrome del Pensamiento Acelerado
El SPA es una psicopatología de ansiedad descubierta por un psiquiatra llamado Augusto Cury, quien expresa que el siglo XXI es “la era de los mendigos emocionales”.
Sentimientos de tristeza, episodios de llanto sin razón aparente. Frustración o ira incontrolable hasta por asuntos menores. Desesperanza y vacío. Grandes períodos de irritabilidad o molestia.
Muchos jóvenes no tienen ningún interés en las actividades cotidianas. Detestan a la familia, no pueden estar tranquilos y tienen muy baja autoestima.
La sociedad los obliga a ser adultos, tener novia, teléfonos, autos, fiestas, ser aceptados, fumar, y beber…
Porque eso es lo que les ha vendido la gran pantalla y poco después la pequeña pantalla.
Por eso, cuando las cosas se estropean, en pos de complacer sus impulsos, sienten una culpa que resquebraja todo su ser, y los hunde en grandes estados de depresión.
LOS PADRES
Los padres son agentes primordiales para transformar esta realidad. Hablen con sus hijos, no sermoneándolos; sino escuchándolos y humanizándose para enseñarles a aceptar sus errores con gracia, motivándolos a cambiar. Cuenten historias para perder el temor a fallar, pero con el foco en levantarse siempre.
CRISTO
Si eres joven, y estás pasando por un bajón de depresión, detén un instante tus pensamientos acelerados e investiga dentro de ti por qué te sientes como te sientes.
Cuando encuentres las razones por las cuales te sientes desfallecer, ponlas a los pies de Jesucristo. Él no te juzgará, ni apedreará.
No temas temas vivir, debes saber que la caída no hace menos placentero el paseo a caballo.
Las heridas no son excusa para descubrir a la persona más linda del mundo.
Los accidentes no bastan para dejar de viajar.
Sin un bebé no hay dolores de parto…
¡Vive todo lo que Dios tiene para ti debajo del sol!
Y tendrás el placer de decir:
“Sufrí, pero de buena gana lo haría mil veces más”.
Así dice la Biblia:
Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.
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