Serie: 5 Promesas para conquistadores
Día 2: Superioridad en la batalla
Después que Josué envejeció, quiso asegurarse que el pueblo de Israel no olvidara nunca el significado de la conquista de la tierra prometida. Dios les había guiado, y Él mismo les había ayudado. Ellos conquistaron, porque contaban con el respaldo divino.
Y Josué le recuerda a los líderes de la próxima generación que la conquista se había producido en virtud de las promesas que Dios les había hecho, y que estaban asociadas a la obediencia plena al Señor.
Una de estas promesas era la que implicaba una superioridad sobrenatural en batalla. Él les dijo: "Un varón de vosotros perseguirá a mil, porque Jehová nuestro Dios es quien pelea por vosotros, como él os dijo". Josué 23:10.
La superioridad y la victoria que tuvo el pueblo de Dios (Israel) y que está garantizada para los hijos de Dios (la Iglesia), no depende de las cualidades naturales, ni de la capacidad, ni del poder de la fuerza humana; sino de la misericordia y de la fidelidad de Dios.
La promesa dada a ellos por medio de Moisés (Lev. 26:8; Deut. 3:22), que habían visto cumplirse en las batallas de la conquista, permanecería vigente de allí en adelante para ellos. Cada vez que quisieran avanzar en la conquista de nuevos territorios podían contar con esta promesa.
La superioridad en la batalla tiene una causa sobrenatural y es que Jehová pelea contra los enemigos de sus hijos; pero mantener la vigencia de esta promesa, demanda que los conquistadores amen a Jehová con todo su corazón y cumplan fielmente sus mandamientos.
Espiritualmente hablando, está promesa se cumple en cada hijo de Dios, que día tras día se enfrenta a millones de huestes espirituales de maldad que desean destruirlo y sacarlo de los propósitos de Dios. Ellas son vencidas por el creyente con el poder de Jesús y del Espíritu Santo.
El Señor nos exhorta a no pensar que la superioridad ante las fuerzas del mal, se debe a nosotros mismo, él dijo: "No os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos" Lucas 10:29
Nuestra superioridad y victoria no dependen de nuestra fuerza, ni de nuestro poder, sino que dependen de nuestra vida en Cristo. “Dios... nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.” 1 Corintios 15:57
Pr. Manuel Domínguez.
Serie: 5 Promesas para conquistadores
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