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Pamela Amador

Valentía para dejar el egoísmo


SERIE: “VALIENTE”


Capítulo 5: Valentía para dejar el egoísmo.


Me gusta esta definición de egoísmo: “La práctica del Yo mismo”.


Te propongo un ejercicio: Piensa en alguien que se conecte con la definición anterior… ¿listo?

Estoy segura que cada uno de ustedes pensó en una o más personas que para ustedes son egoístas.


¡Y resulta casi normal! porque esta conducta se desarrolla desde la infancia, y a medida que crecemos se consolida con la búsqueda natural de bienestar. Pero cuando se lleva al extremo nos puede convertir en personas egocentristas que solo buscan el bien propio.


Ahora quiero hacerte otra pregunta: Entre esas personas que pensaste… ¿Estabas tú?


La verdad es que todos llevamos algún grado de egoísmo, y si quieres ser una mejor persona, tendrás que aceptar esa realidad; se trata del YO y éste es un cargamento que nos acompañará por siempre.


Muchas veces se piensa en el odio como la antítesis del amor, pero la cruda realidad es que el egoísmo y todo acto que se enfoque en tu persona, por encima del resto, se constituye como el enemigo más peligroso, la némesis del amor genuino: Es el egocentrismo.

Se necesita mucha valentía para no pensar solamente en nosotros, Pablo hacía hincapié en su carta a los Corintios:


“Que nadie busque sus propios intereses, sino los del prójimo'' 1 Corintios 10:24


Su consejo fue, en esa época y aún hoy, la propuesta más contracultural que algún humano podría adoptar; porque el enemigo se ha encargado de relacionar la felicidad con la obtención y consumación de todos tus deseos, colocándote en primer lugar para que no veas el daño que tu egoísmo puede hacer a los demás.


En la actualidad se ha magnificado esta tendencia, nos bombardean el pensamiento para hacernos pensar que lo más importante es cómo nos sentimos, lo que deseamos, qué cosas nos hacen feliz, cuánto queremos tener, el cumplimiento de nuestros sueños, nuestra casa, nuestro trabajo, nuestros hijos, nuestro dinero, nuestro voto, nuestras opiniones y podríamos seguir por horas…


Con esto no quiero decir que te hago una invitación a que relegues tus proyectos, o te dejes pisotear o denigrar por alguien.


El sentido último de mi argumento, es que veas más allá de tus intereses; y seas empático con la necesidad de otros. Ofrece ayuda, con lo que tengas y con lo que puedas.


Todos podemos ser generosos, aunque creamos que tenemos poco o nada para ofrecer.


Tienes ideas, tiempo, experiencias tristes y felices. Dios te dio habilidades y talentos, oídos para escuchar, manos para dar y brazos para contener. Si solo tuvieras un pan para partir ¿darías la mitad?


De todas las veces que necesitaremos ser valientes, en esto es donde más seremos puestos a prueba, porque se trata de poner a los otros y sus necesidades antes que las nuestras, ¡vaya que ciertamente esto es para valientes!


“No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.” Filipenses 2:3

Esta serie trata de ser valiente o intentar tener actos de valentía en la vida cotidiana. Es una actitud que podemos descubrir y desarrollar para implementarla desde lo más simple hasta lo más complejo.


Valiente no se nace, pero tampoco se hace. Es más bien una decisión diaria, un compromiso con nosotros y con otros que nos llevará al real bienestar, ese que nace al trabajar en nosotros para ayudar a otros.


Piensa en esto:


“Hay más dicha en dar que en recibir”. Hechos 20:35

Pamela Amador

Profesional del Counseling (Consejería psicológica)

Buenos Aires, Argentina.

DPTO. DE REDACCIÓN NOTICRISTO


Diseño: @REDACTRONICA en Facebook e Instagram

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