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Identidad


Serie: ¿Estás siendo o sólo haciendo?


Día 2: Identidad


“Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre. ¡Te alabo porque soy una creación admirable!”

Salmo 139:13-14 (NVI)


Por mucho tiempo luché con mi identidad y pensé que había nacido por un error de mis padres. Siendo hija de una mujer soltera con un hombre casado, creí que era sólo el producto de una equivocación.


Leyendo el capítulo 2 del libro “Una vida con propósito” del conocido pastor y escritor Rick Warren, entendí que estaba equivocada. Si bien lo que hicieron mis padres no fue lo correcto, Dios ya había decidido de antemano que usaría el error de ellos para hacer de mí la persona que soy y traerme a este mundo. Ellos tenían las características genéticas precisas para dotarme de lo que Dios ya había predeterminado para mí en cuanto a mis dones, talentos, y forma de ser. Es decir, nací por decisión de Dios.


Fue una gran revelación. Mi valor y mi identidad no estaba sustentado en mis padres sino en el hecho de que Dios decidió crearme, y hacer de mí una persona única y diferente al resto de la humanidad. ¿Alguna vez te detuviste a pensar en eso? Eres único y Dios dice que eres una creación admirable, ¡una obra de arte! Quizá ya habrás leído u oído que tus huellas digitales no se repiten en ningún otro ser humano. Increíble, ¿no es cierto? No es una casualidad. Dios lo determinó así.


Puede que tu infancia haya sido muy dura, y quizá hayas querido tener padres diferentes. O al igual que yo, antes de entender la verdad de Dios para mí, pienses que tu vida es el producto de la equivocación de tus padres. Pero, Dios te recuerda que él te creó y formó en el vientre de tu mamá. Tus padres sólo fueron su instrumento para traerte a este mundo y que tuvieras esas características únicas que hay en ti. Hay un propósito para ti que viene de Dios. Fue SU decisión que estés aquí en la tierra.


Una vez que te apropias de la preciosa verdad que significa saber que estamos aquí por voluntad divina podemos enfocarnos en “ser” lo que Dios anhela en su corazón que seamos. Primero, él anhela que lo amemos profundamente, quiere que tengamos una cercanía con él, una relación personal, donde podamos abrirle nuestro corazón con confianza todo el tiempo. Él es tu Creador. Pero también quiere ser tu Padre, tu Señor, tu Salvador. Y precisamente por crearte como un ser autónomo y libre de tomar tus propias decisiones, Dios te permite escoger lo que quieres para tu vida. No te obliga a nada.


El evangelio de Juan nos indica que podemos escoger entre sólo ser una creación de Dios o ser adoptados como sus hijos: “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios. Estos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios” (San Juan 1:12-13 NVI).


Tú escoges en qué estará basada tu identidad. En lo que dicen las otras personas y su aprobación de ti, en tus títulos, en tus posesiones, en tus éxitos y logros, o en el hecho de que puedes ser hecho hijo de Dios, creado con un valor inestimable, y con un propósito que trasciende a la eternidad. ¿Qué escogerás?

Beverly Guevara

Serie: ¿Estás siendo o sólo haciendo?

Dpto. de Redacción NotiCristo


Dpto. de Diseño: Desiree Tarrio

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