Serie: 5 Habilidades para Triunfar
2. La Preparación
El hombre bien preparado para la lucha ha conseguido medio triunfo.
(Miguel de Cervantes)
Aterrizar, bajarse de la nube, sentar cabeza, olvidarse de los pajaritos preñados… es parte del proceso que un joven o un adulto pasan en su camino hacia el éxito. Ya sea en el ámbito personal, deportivo, académico, profesional o de negocios, la persona que ya sabe lo que quiere (porque se conoce a sí misma), es conducida a la gran pregunta:
¿Cómo lo consigo?
Lograr tus metas no depende solamente del trabajo duro, si así fuera los burros tendrían criptomonedas. Existe mucha gente preñada de buena intención, de voluntad, que se esfuerza, y cuyo propósito del triunfo es para ayudar a los demás…
Sin embargo, fracasa
Y no es porque Dios la tiene agarrada contigo. Es porque te faltó un elemento de la ecuación: No metiste la preparación del terreno. A pesar de que sembraste, la semilla se convirtió en una plantita escurrida… pálida… raquítica… que no se pudo sostener cuando llego el viento y la lluvia…
Así a cualquiera se le muere la mata
Mira lo que aconseja el Libro de Proverbios, para que abones la tierra antes de sembrar la mata:
“El corazón del entendido adquiere sabiduría; y el oído de los sabios busca la ciencia. (Proverbios 18:15)
Para que tus esfuerzos den fruto, es necesario que te prepares para enfrentar los retos que se avecinan. El escritor cristiano John Ruskiin decía: La calidad nunca es un accidente, siempre es resultado de un esfuerzo de la inteligencia. Con esfuerzo se entiende que para triunfar debes organizar lo que sabes, detectar lo que no sabes, y así buscarás los medios para capacitarte en aquello que te apasiona.
No puedes obtener el éxito sin volverte un experto (en eso que estás pensando en este mismo instante). No hay atajos, puede que el proceso sea rápido, pero nunca será fácil.
Y si es verdad que tienes entre ceja y ceja ese objetivo, es mejor que empieces a prepararte para enfrentar los retos que plantea tu camino al éxito:
Académicamente, estudiando en el sistema educativo, público, privado u online.
Pragmáticamente, aprendiendo mediante la práctica, el ensayo y error.
Discipularmente, dejándote enseñar por alguien que sepa más que tú.
De forma autodidacta, investigando por tu cuenta todo lo que haya sobre el tema.
Pero ninguna de estas 4 opciones funciona al 100% por si sola. Necesitas la combinación de las 4 para asegurar que nada se te escape. Porque el triunfo no solo es hijo de la eficiencia, sino también del mérito; cuando merezcas obtenerlo, Dios te lo entregará en bandeja de plata.
Y no olvides que Dios llama “Ciencia” a apartarse de lo malo. ¿Y no es un mal la ignorancia, el facilismo y la mediocridad? ¿Y no es algo bueno mejorarte a ti mism@ para que sobreabunde en ti lo que necesitas para triunfar? Llegarás al punto que no necesitarás de grandes esfuerzos para entender lo que debes hacer en cada situación, tu preparación será como un músculo intelectual capaz de cargar cualquier peso que la vida le ponga al frente. Dios ama a los sabios y los que guardan su ciencia, y su Palabra dice en Tesalonicenses: “Examinadlo todo, y retened lo bueno” … “Porque El corazón del entendido adquiere sabiduría; y el oído de los sabios busca la ciencia”. (Proverbios 24:4).
Pero prepararse no solo implica estudiar, también requiere mantener lo que ya has alcanzado. Significa que cuando consigues algo, debes consolidarlo; hacer lo que sea necesario para que no decaiga, ya sean tus habilidades físicas, motoras, intelectuales, o la producción de tus equipos, la estructura de tus negocios, o el liderazgo que alcanzaste…
Porque siempre habrá un nivel más alto al que acceder, y solo podrás llegar a él si tienes una escalera firme, capaz de soportar el peso de los tesoros que vas llevando hacia arriba, y esa escalera puede ser todo aquello que has conseguido hasta ahora; y las herramientas que, con gran esfuerzo, te han llevado hasta donde estás actualmente.
Eso lo sabían los Israelitas, pueblo triunfador y casi imposible de erradicar (y eso que lo han intentado muchas veces), pero la Ciencia de Dios siempre estuvo entre sus principios, observa este pasaje:
“Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, y mira con cuidado por tus rebaños.”
(Proverbios 27:23)
Si “construyes tu casa sobre la roca” que es Cristo, Él te dará la motivación para aprender cada día como si fueras un infante que mira el mundo con la sorpresa del descubrimiento. No será demasiado pesada tu carga, porque estarás llen@ de pasión, y en cada situación verás la oportunidad de poner en práctica lo aprendido.
La Preparación es una habilidad que requiere disciplina, sacrificio y constancia. No por nada le dijo Dios a Josué:
“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”.
(Josué 1:9)
Marco Gentile Serie: 5 Habilidades para Triunfar
Dpto. de Redacción NotiCristo
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